De la regla de Cálculo a la era digital

Amig@s con el fin de trabajar y difundir nuestra página, he creido por conveniente implementar EL BLOG DE LA PROMOCIÓN, con un artículo escrito por el Ingeniero Joaquin Maruy, por los 50 años de nuestra facultad.

 

Joaquín Maruy Tashima

Ing. Agrícola, MPhil.

 

Amo a los que sueñan con imposibles

Goethe

 

 

Llegué al desierto Africano el verano del 81 como supervisor de la Naciones Unidas para asesorar al gobierno de Tanzania en la construcción de su nueva capital: Dodoma.


Viajé de Kenya traspasando el Kilimanjaro, donde trabajaba en la sede de HABITAT el Centro Internacional de las Naciones Unidas para los Asentamientos humanos. Todo parecía desolación y misterio esa tarde, sin embargo me subyugó el paraje, el calor, los niños tanzanios corriendo en la roca dura, los trabajadores  cantando misteriosas tonadas africanas y el ganado flaco y correoso asándose al influjo del eterno estío.


Desembarcaron técnicos de Etiopia, de USA, de nuestra sede en Kenya  y recuerdo particularmente  a un técnico japonés que vino directamente del aire acondicionado de Tokio al Horno Africano. Lo tuvimos que evacuar al día siguiente, con shock cultural, no soportó el desierto, ni la falta de agua, ni la comida Tanzana, ni el calor que hace que hasta los alacranes busquen refugio. Al irse me dijo ¿How can you stand this hell? Y yo le respondí “I love it my friend; I was born in the desert.”

 

En realidad yo no naci biológicamente en el desierto, pero si  profesionalmente: A los 18 años, estaba en tercer año de la Molina y nos enviaron  de practicas vacacionales al desierto Piurano, a un lugar llamado Curumuy en la irrigación San Lorenzo.


Estar en el desierto, con un grupo de amigos, al nacer de la vida, sentirse libre, otear el inacabable horizonte, plantar pasto elefante, bañarse en los canales, escaparse de noche a Sullana o en medio del desierto tomar chicha en poto o devorar el ceviche campesino con piel y espinas rociado con  el sensual  limón de Chulucanas, y descubrir que la vida no era un pañuelo ni estaba limitada a mi barrio de Jesús María, y pasarse las noches conversando sobre Neruda, Vallejo, Mariátegui, la Reforma Agraria , el diseño de canales  ,La naciente revolución Cubana, los discursos de Kennedy ,el sensual rostro de Marylin Monroe , las películas de Buñuel y el 8 y medio de Fellini, y el Rebelde sin Causa, y Il Sorpasso ,y los días de pleno sol arando en el desierto, aprendiendo a sifonear, trazar canales o conversar con los campesinos con los Ingenieros Julio Lostao, Matías Prieto , Enrique Franco y el jefe de San Lorenzo Renato Rossi.


Recuerdo los atardeceres sin nostalgias  y las sensaciones  que en ese verano del 63 se acurrucaron tanto en mis  entrañas  que aun ahora ,a pesar de la distancia temporal  y a pesar de haber recorrido muchos mundos , guardo ávidamente  en un lugar muy recóndito del corazón ese mi primer romance con el desierto, con la vida , con mi profesión ,con mi universidad y con mis amigos de mis años de casi infancia. En ese grupo estuvimos  Lucho Maezono, Rudy Muñante, Axel Dourojeanni, Jorge Torres, Enrique Amayo, Miguel Tanaka, Marcos Gandolfo, y tantos otros  que en el futuro dejaron enorme huella profesional en sus respectivas carreras, por ejemplo Lucho fue Rector de la  Molina, Axel fue Director de la CEPAL y Rudy Ministro de Agricultura.


La amistad de los Molineros es quimérica, mágica, antológica.  Yo he percibido en varios círculos profesionales que atribuyen a los molineros el hecho de  buscarse y ayudarse algunas veces con marcado favoritismo, de preferirse  arbitrariamente y de juntarse cada vez que pueden sin importar las diferencias generacionales, ni las distancias interfacultades  solo unidos por el cordón umbilical del “Quiero cultivar al hombre y al Campo ”. Esa relación tan cercana que existe ente los molineros, cualquier Molinero y su universidad es proverbial, singular, definitoria y nuestra principal característica. Es el Alma Mater que a nosotros nos sobra y muchas universidades desconocen.


Yo siempre me admiro y enternezco de este hecho, porque es cierto que  cada vez que estoy en el campo y conozco a alguien de la Molina siento que lo conozco de toda la vida, y si este profesional es de la Facultad de Ingeniería Agrícola  tanto mejor ya que estamos unidos por nuestras leyendas.


Cuando se inició la facultad de Ingeniería Agrícola nuestro primer Decano fue Carlos Vidalon que pronto sería Rector de la Universidad. Sin embargo, en mi percepción, la leyenda de la facultad se desarrolla a partir del Arquitecto Jorge Quiroz Rivas, el Machazo como le gustaba llamarse, el maestro, el padrino, el amigo de todos nosotros. Nuestro profe de Matemáticas, de Diseño Rural  y  nuestro Decano.


La Facultad  se formó bajo los auspicios del proyecto 40 de la FAO que se hizo presente con un grupo de expertos capitaneados por Johan Berlijn que era un Ingeniero Holandés legendario por su notable conocimiento de los secretos de la maquinaria Agrícola. -¡Nunca en toda mi vida he visto ni creo que veré a alguien que supiese tanto de maquinaria Como Berlijn , nosotros tomábamos todas sus clases  porque era un placer escucharlo hablar en Ingles sobre maquinaria. El ingeniero Reginald  Ledgard traducía simultáneamente al castellano, adicionado un mayor valor a sus clases ya que  gozábamos de esos encuentros  y además aprendíamos ingles.

Tanto Quiroz como Berlijn eran dos profesionales de mucho  temperamento pero también lo eran los otros jefes de departamento, Arturo  Cornejo de Riegos y Drenajes,  Vidalon de conservación   de suelos (Al Ing. Vidalon lo reemplazó el Ing. Manuel Paulet), Enrique Tord y Freddy Salas de Ingeniera de Procesos los que acompañados por Reginald Ledgard de Mecanización y el propio Quiroz de Planeamiento y Obras Rurales eran las cabezas de  los cinco  departamentos que conformaban nuestra Facultad.


Esas personalidades marcaron el derrotero de la facultad, cada uno quería tener más alumnos, mas peso especifico, más influencia en el destino de nuestra profesión. Era una sana competencia pero nos marcó, ya que no solo éramos de Ingeniería Agrícola sino de tal o cual departamento, de tal o cual especialización. Mi impresión  (y puedo estar equivocado como tantas veces lo he estado) es que cada jefe de Departamento creía que manejaba una facultad. De allí que en algún momento, los especialistas en Ingeniería de procesos iniciaran un éxodo departamental para crear la facultad de Industrias Alimentarias, lo que de alguna manera  genera lapsos de conocimiento , sobre todo en el campo de las labores post cosecha algunas veces muy necesarios para nuestra profesión.


.No se piense que yo me quejo de esa competencia interdepartamental, al contrario, nosotros aprovechábamos al máximo esa competitividad que se daba no solo en la Facultad sino en toda la Universidad. Recuerden que nosotros somos la primera promoción de la nueva Universidad, antes de nosotros los ingenieros se graduaban en la Escuela Nacional de Agricultura, y todavía hoy cuando nos encontramos entre antiguos Molineros hablamos de “La Escuela” y de  “La Molina” porque para nosotros la única Universidad del distrito es todavía la nuestra.


 La Molina nos brindaba un maravilloso cuerpo de profesores que transcendían los límites de nuestra Facultad y nos ponían en comunicación con lo mas valioso del mundo de los sesenta , por eso  llevábamos cursos de economía y planificación, de Psicología, de Literatura, de Sociología, , de Cultivos y Crianzas, que no estaban ni indicados en nuestro currículo, los tomábamos porque eran dictados por un grupo excepcional de maestros universitarios a quienes rindo mi homenaje de admiración y reconocimiento.


Hoy que escribo en la computadora siento que soy lo que se conoce como un inmigrante digital de primera generación, alguien que nació bajo el influjo de la regla de calculo, que escribió su tesis a mano con tinta china en papel canson de ingeniero, que se sorprendió con el advenimiento de las calculadoras, que hizo topografía con lo que hoy se consideraría una reliquia ,con una libreta de campo en la mano, de noche en el desierto ( el calor no dejaba nivelar la burbuja) , o por los cerros de la sierra y las quebradas de la  selva, que aprendió el oficio de ingeniero con grandes maestros universitarios que transformaban una clase cualquiera en una gran lección.


Jorge Quiroz quien nos enseño los secretos de la regla de cálculo, de las integrales, el diseño, la descriptiva, y las construcciones  era un profesor espectacular y me honró luego con su amistad e incluso apadrinó mi compromiso con mi esposa, José Luis Krumdieck era un erudito del conocimiento, y Manuel Miranda era en todo el sentido de la palabra  un gran maestro.


Apenas había llegado Manuel a la Universidad como jefe de practicas, nosotros estábamos en cuarto año éramos los soberanos de la facultad. Una tarde de mucho calor teníamos práctica calificada con Manuel Miranda así es que me acerque como delegado del año y le dije que con ese calor y en las barracas era imposible dar practicas. Me miró, prendió un cigarrillo y dijo “que  pen……… Bueno, vengan de noche………….en el local de la pre “


A las 20 horas nos esperaba, con su chompa marrón, su cigarrillo, un termo de café y las practicas en la mano. Era una estructura reticular que teníamos que resolver, con regla de cálculo las operaciones tomaban entre  8 a 10 horas. A las 4 de la madrugada …Manuel nos decía, apúrense que ya sale el sol.. Termínanos a las 6 a.m. Aprendimos que con Manuel no se jugaba. Que a pesar de su juventud tenía el temple para ser grande y lo fue, fue mi amigo y maestro de toda la vida. Estudiamos el postgrado al mismo tiempo  en Escocia y hicimos muchos trabajos profesionales juntos y culminó como Vice Rector de la Agraria.


Ya he nombrado a mi Decano y a los jefes de departamento, y a Manuel Miranda y  al insigne José Luis Krumdieck, quiero también mencionar a Cesar Bellido Peralta, a Jacobo Zender, Aníbal Quijano, José María Arguedas, Javier Sologuren, Guillermo Carrera, Alberto Arnillas ,Luis Alberto Ratto, Baldomero Cáceres, Juan Urbina, Orlando Olcese, Frank Low del proyecto 80, Medardo Molina, Jaime Llosa, Cesar Delgado Barreto, Federico Anavitarte, Alfonso  Alcedan, Ernesto Villacaba,  Cesar Benavides, Alfredo Torero, , Pepe Aquize   y tantos otros amigos y maestros que nos mostraron que la vida hay que vivirla con la pasión del conocimiento , de la justicia y la ilusión de un Perú mejor.


La calidad de nuestros profesores encontró la contraparte justa en la voracidad por conocimientos que mostraba mi promoción. Hace poco haciendo memoria con Rudy Muñante rememorábamos  que por cinco años nosotros estudiamos con entusiasmo, con fogosidad, con deleite, con un entusiasmo juvenil maravilloso. Estudiábamos todo el día y todos los días. Estudiábamos matemáticas, biología, ingeniería, ciencias sociales creando esa maravillosa fusión de elementos en conjunción  que es la Ingeniería Agrícola. Habíamos sido primeros alumnos en nuestros colegios y ese nivel se reflejaba en la consagración a los estudios que manifestábamos. Era un entusiasmo generoso, queríamos saber más para aportar aun mas  en un cosmos que cambiaba aceleradamente.

 

La presencia de esos grandes maestros fue importante en la época cuando iniciábamos nuestros  estudios porque era un momento de grandes cambios en el mundo. La discriminación racial, cultural, económica y social eran una constante en el mundo de los sesenta y las luchas por la igualdad se daban en muchos frentes ,el  “We shall overcome”  de Martin Luther King resonaba  como una profecía , las sufragistas femeninas, los intentos de integración racial en los Estados Unidos, las luchas anticolonialistas, la naciente y abusiva guerra de Viet Nam y  el descubrimiento del tercer mundo, la guerra fría, los Beatles, Bod Dylan y Joan Báez , el increíble Zorba el Griego y Simplemente María, el plebeyo, y Cholo soy ,y el baile de las debutantes del club Nacional, la escisión del mundo comunista, el descubrimiento de los transitores que revoluciono la tecnología, la creación de la OPEP, el primer satélite al espacio tripulado por Laika un perro Ruso, , el triunfo de Fernando Belaunde y la creación de Cooperación Popular nos hizo volver los ojos al descubrimiento del Perú  sus eternas posibilidades , sus injusticias seculares y su abandono sin nombre.

 

Tener 18 años, estudiar para ingeniero agrícola  y sentir  que uno va a cambiar el mundo es una sensación  trascendental. Por eso a esa edad y con numerosos compañeros de la Universidad fundamos el Movimiento de Unidad Estudiantil, el MUE que aglutinaba a muchos estudiantes, marxistas, cristianos, socialistas, anarquistas, progresistas, humanistas, demócratas por un mundo mejor, poetas, científicos sociales, libertarios, , curiosos, entusiastas, que de una forma u otra querían colaborar para eliminar el  hambre, la miseria, la injusticia, la discriminación y la desigualdad del mundo que estábamos conociendo.

 

 Mi participación en el movimiento estudiantil definió fuertemente muchos de los propósitos de mi vida. Como todos los que intervenimos  en ese época, y no solo los del MUE, sino también los del ARE ( de tendencia Aprista) y los del MIN (De orientación acciopopulista liderados por Edmundo del Águila gran amigo y notable profesional), creíamos, e instituyo que todavía creemos, que  nuestro destino histórico social  generacional  era y es  el camino del cambio y la transformación de nuestra Patria haciéndola, mas solidaria, mas justa y mas consciente de sus riquezas y sus inmensas posibilidades  Y creo que la Molina, La Facultad y mi Departamento me dieron  el suficiente impulso para intentar alcanzar  ese nivel de  compromiso , si logramos  o no logramos  alcanzar nuestros anhelos juveniles   no es lo  mas significativo  ,  lo que importa es hallar el Do (en japonés) El camino y seguirlo y gozar y sufrir y vivir  en el intento, llegar o no llegar es una nimiedad, un hecho fortuito, un guijarro en un arenal. Al final lo importante es vivir sin  traicionar tus más íntimos  ideales.

 

En la  época que comento  se inicio un lento pero interminable proceso de migración interna y los cerros Limeños comenzaron a poblarse de migrantes del interior del país que se asentaban  en lo  que se comenzó a llamar barriadas y que luego, en el gobierno Militar de Velazco se bautizaron como pueblos jóvenes.

 

Cuando nosotros íbamos a La Molina, Lima al este se desvanecía  en las líneas del tranvía que iba de la plaza San Martin a Chorrillos y que fuese reemplazado por el zanjón del alcalde Bedoya. Desde el zanjón hasta la Universidad recorríamos chacras de lo que hoy son los distritos de San Isidro (La Corpac) donde todavía aterrizaban los aviones, San borja, San Luis y la Molina. Lima era ciertamente un pañuelo que se iba a convertir en esta villa global de tres conos y 8 millones de habitantes. Por eso  en esa época nosotros estudiábamos planeamiento Rural casualmente para prevenir ese desastre futuro que ya vislumbrábamos al observar atónitos e impotentes como   la capital macrocefalica continuaba arrogante y displicente nutriéndose de las provincias sin retornar nada a cambio deshumanizando su entorno y trastornando la geografía y la ecología de la cuenca del Rímac.

 

Estudiar Planeamiento Rural era un ejercicio de imaginación y ensueño, los Kibutz del naciente Israel, los Koljoz soviéticos, la reforma fondearía italiana, los New Towns Ingleses, , nuestra propia civilización prehispánica  tan olvidada en esas épocas, los nuevos esquemas de asentamientos humanos surgidos de la imaginación de Le Corbusier, de Lucio Costa, de Percy Johnson –Marshall, de Doxiadis, Las nuevas capitales Brasilia, Islamabad, Dodoma, la reconstrucción de Londres ,la creación del abanico de ciudades descentralizadas inglesas ·y nuestra propia carretera marginal abriendo espacios de asentamiento a lo largo de nuestro territorio que soñaba con unirse por tierra y por agua con Brasil, con Argentina, con Ecuador, Colombia y Venezuela todas esos sucesos y mucho mas nos impulsaban al estudio del espacio físico rural, en donde entendíamos que con nuestro trabajo , por la magia de nuestro conocimiento íbamos a crear lugares dignos  donde podríamos hermanar las necesidades humanas con aquellas de la ecología, del paisaje, de la agricultura, y fundar el mundo del futuro sin pesadillas burocráticas o tecnológicas  ,sin la  destrucción de nuestro suelo vital, conservando nuestra agua y agregando valor al paisaje y humanidad y civilidad a nuestros hermanos , cambiando para bien el mundo a consecuencia de  nuestro fugaz paso por la tierra.

 

Nosotros los Ingenieros Agrícolas hemos demostrado ante nuestra sociedad nuestra valía en muchas ocasiones, pero creo que la mas importante de todas, para mi, fue en el verano del 82 donde el Presidente Belaunde me nombre el jefe de la reconstrucción de la infraestructura agrícola afectada por las lluvias e inundaciones de ese año y pidió a las Naciones Unidas, donde yo trabajaba que me enviase al Peru.

Fue una labor titánica que compartimos con Pedro Guerrero, Cesar Sertzen, Quique Salazar, Almircare Gaita, Pepe Rivas, Luis Perez, Fredesbindo Vasquez, Manuel Vasquez, Luis Serrano, Eleodoro Zacarías,  los ingenieros del Plan Rehatic, los de Pequeñas y Medianas Irrigaciones, Los de INAF sumando en total un centenar de Ingenieros casi todos Agrícolas que realizando  una extraordinaria y difícil labor rehabitamos miles de kilómetros de caminos, represas,  puentes, zanjas de drenaje, bocatomas, canales de regadío, viviendas, campos de cultivos, pozos  y que en menos de un año entregamos a la producción agrícola casi un millón de hectáreas que se habían destruido- Al escribir esto pienso en Pisco desolada  a casi dos años  del terremoto y me digo, nosotros los Ingenieros Agrícolas hubiésemos actuado con mucha mayor eficacia y precisión. Para esto nos formaron.

 

Axel Dourojeanni me hace acordar que las Direcciones Generales de Aguas y la de Irrigaciones  del Ministerio de Agricultura, por mucho tiempo estuvieron conducidas por Ingenieros de nuestra Facultad ,como por ejemplo Pancho Coronado, el mismo Axel, Hubert Vergara, Abelardo de las Torre, Edilberto Vergara  ente otros, incluyéndome  ya que en una época  Fui el jefe del INAF que englobaba a la antigua Dirección General de Irrigaciones y a muchos de  los proyectos especiales del Ministerio de Agricultura como el plan  Rehatic,  los planes Meris, los Proyectos Especiales de  Pequeñas y Medianas Irrigaciones y las Grandes Irrigaciones y que en asociación con los trabajos desarrollados en construcciones rurales y los planes y proyectos de asentamientos humanos en la Costa y en la Selva Peruana formaron un tejido de planes  y acciones donde   los Ingenieros Agrícolas tuvimos la ocasión de mostrar nuestra fibra, la calidad de nuestra preparación y el nivel de nuestro compromiso con el agro y los agricultores del Perú.

 

Como profesional  he hecho o intentado enfrentar  muchos retos , recorrí numerosos países en Europa, África y América Latina, enseñe e investigue en Europa, en el África diseñe aldeas Rurales y supervise la construcción de una gran Capital, En el Peru fui Vice Ministro de la Propiedad Social, estuve en Villa el Salvador diseñando su parque industrial ,  me sobrecogió la selva donde  planeamos y ejecutamos  los grandes proyectos especiales de asentamientos humanos ,  hice proyectos de irrigación en la Sierra, Colabore en la creación del PAIT y fui su primer Director Técnico  ,  fui Viceministro de Agricultura,  y en la Argentina asesoré por encargo de la ONU a la Presidencia de la República. En todos esos lugares realice mi labor con entusiasmo y esa necesidad de conocer mas incursionando  en campos del saber aun inexplorados, pero nada me brinda mas satisfacción que trabajar en el campo y enseñar en la Universidad, esas dos cosas y la pasión por el Peru, por mi familia, por mi esposa mis hijos y nietos, la solidaridad de  mis amigos y la confianza en la juventud son la razón de mi vida.

 

La universidad nos dio mucho, amistades, emociones, banderas que ondeamos desde entonces, recuerdos, sueños, quimeras, ilusiones y bellas o duras realidades y en tope a todo eso nos dio conocimientos académicos y  prácticos, y muchas lecciones de humanidad, pero antes que nada nos infundio una gran pasión, y nos hizo comprender que la vida sin una gran pasión es un embeleco, un aula vacía, una telaraña en una taza de café .una cancha sin arcos, una oración sin Dios.

 

 Por eso a  mi Universidad le digo que si tuviese que estudiar de nuevo, volvería nuevamente a tus aulas con el mismo entusiasmo y con la misma pasión con que se alimentó mi espíritu todos estos cincuentas años desde el día que entré a mi primera clase de calculo I.

 

Por ultimo a mis amigos y profesores que no he mencionado en este breve relato, Les pido que me disculpen, los llevo en mi corazón pero a veces no los puedo localizar  en el disco duro de la memoria  acuérdense que soy un modelo que se ha reconfigurado a partir de una regla de calculo, un tiralíneas, y una mesa de dibujo.

Chaclacayo, 7 mayo

Joaquín Maruy Tashima

Ingeniero agrícola, MPhil

Escribir comentario

Comentarios: 2
  • #1

    Crisologo Matos (domingo, 28 agosto 2016 08:33)

    Un resumen valioso de lo acontecido en la ingeniería agrícola de nuestro país.

  • #2

    Crisologo Matos (lunes, 08 junio 2020 16:01)

    Un resumen estraordinario de la actividad del ingeniero agricola